mayo 28, 2013

agarrá este checonato a 30 días y date por pagado, capo.

Acabo de leer mi último informe y la situación actual ha potenciado mi sensación de pito parado.
Parece que ha pasado un mes ya desde mi último envenenamiento, mi mente desintoxicada aventó una idea que he llevado a cabo y ha resultado un completo éxito en su aspecto principal y un rotundo fracaso en sus objetivos secundarios.
Me he propuesto meterle el dedo en el orto a un paradigma muy bien plantado en mi personalidad y lo he logrado, haber saltado tamaña pared me ha llenado de orgullo (cosa difícil si las hay), sin embargo tengo mis dudas sobre si hace falta efectivizar una nueva ley. No se ha presentado la oportunidad todavía de analizar si realmente es necesario cambiar algunos órdenes de mi conciencia o bien simplemente dejarme bien en claro que es suficiente con no seguirlos todos a rajatabla. Supongo que el tiempo vendrá a aclararme los tantos. 
A pesar de haber sufrido momentos de zozobra en esta aventura (no porque necesitara volver a la realidad si no porque no esperaba tamaña revolución) he sabido alimentar mi perseverancia (me gustaría decir que es una de mis virtudes, pero no es cierto, tengo tantos abandonos como proyectos) y han empezado a salir pimpollos en mi alma, si, en ésta época del año y si, en medio de la voracidad que he descartado.
El árbol ha dado su primer fruto, y la puta que lo parió si es dulce, todavía corre el néctar por mi sangre, siento tanto orgullo por este logro que me sorprendo constantemente dándome ánimos en momentos oscuros, quizás deba transformarlo en mi canto de guerra, la primer revelación, la primer idea, y encima llevada a cabo, y como si fuera poco, con éxito! (para ya directamente quitarse la ropa y subirse en calzones al para-avalanchas con el brazo en alto para cachetear a las nubes que se creen las únicas con la potestad de volar). Si bien es obligatorio ser sincero y reconocer que en sus objetivos secundarios ha resultado defectuoso, considero que tan profunda victoria los exilia del territorio de lo trascendente. Son dolores ya sentidos, no hay novedad y eso, los vuelve degradables, orgánicos, finitos. Aceptar lo ya ocurrido es una actividad en la cual me desenvuelvo muy bien. En varias ocasiones he intentado enderezar la causa para que el éxito sea completo, pero ahora, con el silencio, ha llegado a mí la decisión de abandonar el intento por hacer que la rueda sea redonda. Lo secundario debe permanecer como tal y (aún venciendo) no debe ensombrecer mi conquista, por tal, creo que es mejor dejar de luchar por aquello que tuve tan cerca y no se dió y concentrarme en el hecho tan trascendental que me propuse doblar. Se dobló maestro, s e d o b l ó.
Déjenme, desistan en sus embates por convencerme de no darme por vencido, porque ya les digo, es anecdótico, le he arrebatado una medalla de oro a unos de los más fuertes yo, no es posible sentirse frustrado cuando uno ha besado en la boca a su némesis.

mayo 06, 2013

atrás del silencio, lo de siempre.

Podría considerarme desintoxicado; listo, inmediatamente deben venir a mi reflexiones sobre lo importante, lo que merece acción, el camino de lo indispensable, aquello que se me oculta deliberada y constantemente bajo los escombros de los bombardeos del exterior que busca llevarme con la corriente hacia el abismo de la estandarización, vamo' a la casilla adentro vamo' vamo' encasillando vamo'.
Sin efecto. Nulo. Cero. Vacío. Inerte. Y la peor de todas, N.D.I.
Ausencia absoluta de estúpidas milagrosas revelaciones.
Estos días he sufrido el rearme de mis visiones anteriores (las "poluídas") que no han logrado más que la obligación por el equilibrio; la insistencia sobre lo sabido no hace más que incentivar la aparición de nuevos antídotos; el desarrollo y el esfuerzo por neutralizar los embates me acorralan entre insomnios e hipótesis con aires de cadenas cada vez más pesadas.
Dormí muy poco, cargar tantas teorías aplacan mi espíritu y me encarrilan en una melancolía que me es imposible controlar, me pierdo revolviendo asuntos mientras pasan las horas, tantas, que ni voluntad para el recuento me queda.
Definitivamente el proceso está en marcha.