abril 22, 2013

la verdadera realidad. día 4.

He decidido algunas correcciones que intentarán encausar tan mala ejecución del plan.
Es un error cortar todas las vías de comunicación, hay datos que distan mucho de la polución; no se puede castigar a las relaciones humanas. La instalación del pánico no se ejecuta desde las mismas, la pregunta que me nace ahora es si, en estado de paz, desintoxicado, y con la mente sana: serían tan importantes las relaciones humanas?
Quizás sea mi error al utilizar dichos vínculos para matizar el agobio diario al cual estamos sometidos, pero entonces son demasiados los que están equivocados, no soy el primero que utiliza estos asuntos para satisfacción personal o bien para maquillar una cobarde huida ante las opresiones que precisan del olvido por no tener alcance a la herramienta de cambio. El contacto unipersonal debería eliminar la necesidad de compartir y exponer cualquier situación impuesta por un tercero, casi siempre mercenario y obediente del mas allá.
La pérdida de conocimiento me expone a establecer una distancia que no intento sembrar pero, con la pésima puesta en marcha del experimento y lo mal que he iniciado el trámite, no puedo culpar a terceros por no entender de que se trata esta empresa, mi sistema de comunicación y puesta en conocimiento han sido realmente catastróficos. 
Momentáneamente reiniciaré mis sistemas de vínculos con el exterior salvando y rectificando aquellos que no quieran entender que es lo que me interesa y que no. 
Lo cierto, y a modo de confesión, es que son necesarios para mi vínculos de dudosa reciprocidad, si parecía distante y ensimismado para el ojo común, esto no va a cambiar mucho la mirada externa. El objetivo del experimento dista bastante del lugar al que se encamina, pero vislumbro conclusiones nada despreciables si sigo con esta anarquía de dirección. Ya veré después que hago con todo eso, por ahora creo que lo más importante es seguir retocando las notificaciones de mi estado y luchando contra una abstinencia ridícula de gentes que no me extrañan en absoluto.